Autora: Doctora Liliana Mejía de Beldjenna, Endocrinóloga Pediatra.
Es importante saber que un cuidador es aquel que brinda una atención de cuidados a pacientes pediátricos, adultos o edad mayor, quienes no pueden valerse por sí mismos, ya sea por una enfermedad, discapacidad física, emocional o vejez: estos se clasifican en dos tipos de cuidadores:
- No remunerados económicamente: Familiares directos, hijos(as), padres, amigos(as)
- Renumerados económicamente: Profesionales de la salud, enfermeros o familiares.
La labor que desempeña cada uno de ellos se puede realizar desde la casa, hospital o a distancia, cumpliendo con funciones como:
- Ayudar con las tareas diarias como bañarse, comer o tomar medicamentos
- Organizar actividades de entretenimiento como parte de la terapia
- Tomar decisiones de salud y económicas
- Brindar atención médica.
De acuerdo a esto, el cuidador cumple una función primordial para el paciente, sin embargo, también es importante cuidar de la salud y bienestar de cuidador, ya que ellos pueden presentar alteraciones en la salud emocional por desgaste de tiempo que toma cuidando a otras personas, en el que sobrelleva la carga de la enfermedad, estrés del paciente, de la familia y de las dificultades de su vida personal.
No obstante, el cuidador evade sus propios problemas, el cansancio y la fatiga que presenta, puesto que siente el deber de cuidar al paciente sin abandonarlo.
Como resultado de ese constante trabajo sin un descanso y olvidando el estado de su salud, este puede presentar síntomas como estrés, cansancio, irritabilidad, cambios de estado del humor frecuentemente, dolor de cabeza; así como sentirse abrumado y solo, perdiendo el interés en sus actividades, autocuidado, horas de descanso, alimentación saludable, entre otras que van afectado su salud y bienestar y que puede llevar a refugiarse en el alcohol, cigarrillo o las drogas.
Ante esta situación es importante solicitar ayuda para poder garantizar su bienestar y seguir cuidando de la mejor manera al paciente, para ello, hay que tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Cuide de su propia salud: Realice cualquier deporte mínimo 5 veces a la semana, mantenga una alimentación saludable, organice pausas activas en su jornada laboral y cumpla con los chequeos médicos.
- Organice los horarios de sueño: Tome algunos descansos mientras cuida al paciente y evite ser obsesivos con la limpieza y el orden, ya que estos pueden consumir más tiempo de los previsto.
- Cuente con un apoyo extra: Es importante tener personas en las que confíe para hablar sobre las dificultades que surgen en el diario vivir, pueden ser amigos, familiares, psicólogos, apoyo espiritual, entre otros. Así mismo, cuente con personas que sean un apoyo cuando necesite hacer una actividad extra y estos lo reemplacen en el trabajo y cuiden del paciente mientras no estas.
- Únase a otros cuidadores: Comparta con otros grupos de apoyo que funcionen como fuente de compresión y conexión, en donde cuenten historias, sugerencias o tips de cuidado al paciente.
- Prepare una lista de tareas: Revise la lista todos los días y chequéela durante el día, esto permitía tener un mejor orden y cumplir con las obligaciones.
- Participe en actividades educativas: Apóyese de talleres y/o programas que enseñen como cuidar a las personas de diferentes condiciones de salud como vejez, niños(as), jóvenes lesionas o enfermedades más complejas.
- Programe unas vacaciones.
Cada uno de estos ítems ayudarán a combatir las diferentes alteraciones de salud que se presenten como la depresión, obesidad, enfermedades cardíacas arritmias, problemas de memoria acorto y largo plazo.
Realiza un plan de acción con estos consejos para manejar y prevenir problemas de salud; recuerde que su bienestar también es importante.
Si el cuidador presenta un buen estado de salud, podrá cuidar de la mejor manera a su paciente.