Por: Edward Diaz Jiménez – Pediatra Social y Puericultor
Se debe al trastorno del humor, el cual está constituido por un conjunto de síntomas, en los que predominan los de tipo afectivo. No obstante, también se pueden presentar algunos señales de tipo cognitivo, motivacional (volitivo) y/o físicos.
A pesar de que la depresión infantil es una realidad, mucho adultos tienen diferentes mitos como:
- Los niños no se deprimen.
- Es una etapa del desarrollo humano normal.
- Es una enfermedad poco frecuente o transitoria.
- No existe antes de una edad determinada. Solo es de adolescentes.
- Es solo para llamar la atención.
¿Cuáles son las causas?
Se describen múltiples causas, las cuales se dividen en:
- Factores genéticos: Los hijos de los padres con depresión, son tres veces más propensos a sufrirla.
- Factores ambientales:
- El abuso físico y/o sexual.
- El abandono.
- Los divorcios.
- Las pérdidas afectivas.
- La muerte de una persona cercana.
- Los desastres naturales.
- Las Pandemias.
- Eventos vitales:
- Los duelos.
- Las enfermedades médicas crónicas.
- Los factores socioeconómicos.
- La pertenencia a grupos marginales.
- El matoneo o cualquier otro evento que el niño o adolescente interprete como traumático.
- Características propias del niño:
- La baja autoestima.
- Las distorsiones cognitivas.
- El pobre desempeño escolar.
¿Cómo detectar los signos y los síntomas?
No es un trabajo sencillo el descubrir depresión en un niño, pues la sintomatología y el tratamiento de la depresión dependen de la edad del paciente y de las circunstancias que la precipitaron.
Es por ello, que los trastornos afectivos son una entidad que tiene expresión distinta, según el desarrollo cognitivo y social del niño.
Tratamiento:
- Depresión leve: Dar terapia de apoyo con vigilancia de la respuesta durante las primeras 6-8 semanas.
- Depresión moderada: Iniciar terapia y/o un antidepresivo.
- Depresión severa: Recomienda antidepresivo inicialmente siempre asociado con algún tipo de psicoterapia.